“Génesis. Explorando el origen” es fruto de la visión particular de Julio Galán de cada uno de los momentos relevantes de la creación. A través de su escultura, el artista da forma material al “Principio”, al origen de todo.
En el principio, no había nada más que un vasto vacío. Un oscuro abismo sin forma ni límites, donde no había luz ni sonido, ni vida ni movimiento. De repente, un poderoso aliento sopló sobre las aguas profundas, y la luz surgió de la oscuridad. La luz se extendió y se expandió, revelando un universo de inmensidad inconcebible.
Y así comenzó la danza de la creación. Los elementos se formaron y se combinaron, creando una sinfonía de color y forma. Las estrellas se encendieron, iluminando el cielo con su brillo eterno. Las galaxias giraron y se entrelazaron en una danza cósmica, tejiendo un tapiz de belleza sin fin.
En la tierra, el agua y el fuego se encontraron, creando la tierra misma. Las montañas se elevaron y los ríos se abrieron camino a través de las llanuras. Los árboles brotaron y florecieron, y los animales corrieron, volaron y nadaron en la tierra, el aire y el agua.
Finalmente, en el pináculo de esta creación, llegó el ser humano. Una criatura maravillosa, hecha a imagen y semejanza del Creador, dotado de la capacidad de hacer el bien y el mal, de crear y destruir, de amar y odiar, de soñar y desilusionarse.
A partir de entonces, la creación ha continuado, siempre en evolución, siempre cambiante, siempre nueva. Y así continuará, mientras la luz brille en la oscuridad, mientras la vida respire, mientras haya esperanza y amor en el corazón humano.
El proyecto “Génesis” es un conjunto escultórico de Arte concreto, en el que la abstracción de las figuras geométricas está por encima de cualquier tipo de figuración, ilusión o simbolismo. Materiales y colores que se muestran como son. Obras de belleza objetiva. Materiales reales, espacio real.
Galán recorre los siete días de la creación que relata el Libro del Génesis y representa de forma material y física ese “origen”, la ardua tarea de la creación, en unas esculturas inmersivas que demandan la reflexión espiritual, de dentro hacia fuera, ante la contemplación del material y el color.
Desde la creación de la luz hasta el surgimiento de la humanidad, cada pieza muestra la habilidad y genialidad del artista en la representación de la magnitud de la creación, invitando al espectador a experimentar de forma empírica su grandeza. Con el uso de técnicas de metalurgia, el detalle y pulcritud de los acabados y la armonía en el uso de los colores primarios, Galán consigue que el espectador se sienta parte de la creación del universo y viva la experiencia bíblica de forma más profunda.
El artista asume el reto de potenciar la inmersión en la obra de las personas invidentes, convirtiendo el sentido del tacto en un elemento esencial de la transmisión emocional. Demuestra así que el arte plástico no presenta una única forma de apreciación, sino que puede ser sentido, experimentado y disfrutado de una manera íntima y espiritual a través de otros sentidos más allá de la vista.
Por ello, las obras están producidas con la finalidad de que las personas invidentes, a través de las manos, puedan percibir las emociones que representan, estimulando su imaginación y ampliando la experiencia inmersiva.
Así, al tocar y recorrer las superficies de las obras, cada contorno, cada textura, cada pliegue del acero permiten sentir los remolinos y torbellinos que originaron el cosmos, los relieves que evocan los movimientos terrestres, el nacimiento de la flora y la fauna… En definitiva, permiten sentir en nuestras propias manos el nacimiento de todo lo que conocemos.
Obras para ser admiradas, tocadas y sentidas.
Ana Melo. Teoría del arte. Comisaria de la exposición del proyecto “Génesis, explorando el origen” celebrada en Simancas del 13 de julio al 31 de agosto de 2023.