Admirar una obra de arte depende de muchos factores. Tantos que ni la experiencia en el sector, ya sea a nivel profesional o como simple aficionado, permite alcanzar el conocimiento suficiente.

Sin embargo, sí que es posible determinar algunos puntos por los que comenzar en el momento de contemplar una obra sin importar que sea una pintura o una escultura.

⏩Lo que se ve a simple vista es lo primero que nos llama la atención, que nos despierta sentimientos e ideas. Sus formas, sus colores, la técnica empleada… Todo ese análisis nos lleva a hacernos muchas preguntas. Un por qué constante que despierta la reflexión en nosotros.

⏩Evidentemente los ojos se van a la forma, los colores, la técnica… Pero también hay que recordar que es arte, y que el arte transmite y comunica. Por lo tanto, uno de los primeros pasos puede ser observar quién es el autor y en qué época ha realizado su obra para darle un contexto y acercarnos a su posible significado

⏩La historia del autor nos puede permitir entender su obra. Y, en cualquier caso, una vez sabemos quién es el creador tenemos más fácil buscar y entender su mensaje simplemente por su edad, su sexo o su país, disparando nuestra propia imaginación

⏩Por último, el arte nos lleva a la reflexión personal. Cada obra transmite algo diferente según los ojos de quien la admira. Y ese proceso de introspección que nos genera estar delante de ella es un momento casi obligatorio para terminar el proceso de admiración del arte

Y para vosotros y vosotras, ¿cuál es el primer aspecto desde el que analizáis una obra?

Foto: Museo Reina Sofía