EL TIEMPO
Pasó una tarde, pasó una mañana…
Todo tiene un origen y un fin, y el tiempo es lo que media entre ambos puntos. Desde el origen, la punta de la escultura, el tiempo se expande en el avanzar de la existencia, llenándose de nuestras vivencias y puliendo y haciendo brillar nuestra vida. La parte superior sin fin, redondeada, recuerda que nuestro tiempo, nuestra vida, no termina, si no que trasciende.
El hombre puede creerse soberano del momento, pero solo Dios es dueño del tiempo.
Acero inoxidable pulido, lacado.
Medida: 40 x 54 x 20 centímetros.