Teoría del Arte

por Ana Melo

Francisco Diego

Francisco Diego

Después de ver la exposición de Francisco Diego en White Lab y hablar cinco minutos (en una inauguración no se puede pedir más al protagonista) quise saber más de él y su obra. Y ya de vuelta a su México natal, organizamos una videollamada.

Francisco es un hombre joven, sociable, generoso con su tiempo y que transmite felicidad. Y esto último quiero destacarlo porque nos habla en su obra de sentimientos sórdidos, incómodos, de la muerte…

Me cuenta cómo la felicidad parte de concebir la vida como un todo donde confluyen aspectos positivos y negativos, y que la clave está en enfrentarse a estos últimos desde la perspectiva de la aceptación y la asimilación interna.

Francisco consigue ayudarnos a ello con su trabajo.

En “Dulce Bilis” encontramos seres sin genero ni edad determinada, al borde de una emoción interior, en posturas que parecen casuales pero que denotan cierta incomodidad estática. Algo inconveniente las revuelve, y aunque tendamos a rechazar este tipo de sensaciones, el autor nos invita a confrontarlas, a que definamos a partir de su contemplación nuestro yo más inocente. Esos sentimientos que tendemos a rechazar debemos interiorizarlos y aceptarlos como parte del fluir de la vida.

En “Otro más que colgó los tenis” es clara la referencia a la muerte, pero para dar valor al momento presente. Encontrar la felicidad en la muerte es la clave de la vida: la vida se encuentra por cada ausencia y cada despedida, como nos dice el propio artista en la letra que acompaña la obra. Subyace la concepción de la muerte de la cultura mexicana, en la que el recuerdo de la pérdida se mezcla con la celebración de la vida.

En “Sultano de Nudos” esbeltos personajes representan el poder de la compañía en momentos de duelo. Estos estoicos cuidadores son el apoyo necesario en momentos difíciles. ¿Cómo integrarlo en nosotros mismos? Interiorizar esa capacidad de consuelo nos da la paz y la fuerza para seguir adelante.

Francisco quiere y consigue naturalizar lo trágico para mostrarnos que la tristeza es esencial para nuestra felicidad.

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