Observar el Arte

Observar el Arte

👀Observar una obra de arte no es un acto tan sencillo como popularmente se cree. Pasar por delante y lanzar una breve mirada no es suficiente para entender, admirar y reflexionar sobre la creación de un artista.

🇮🇹Un ejemplo muy común para darse cuenta de ello es la escultura del David de Miguel Ángel. Hace unos días os hablamos del artista italiano por el #DíaMundialdelEscultor Y os recordamos la curiosidad de esa artrosis que sufrió por su uso constante del cincel y el martillo.

Pues su obra, El David, es un claro ejemplo de cómo se puede y se debe visualizar una obra de arte. En el caso de la pintura puede ser más habitual detenerse a analizar cada detalle. El fondo, el trazo, la distribución, el mensaje… Pero con una obra escultórica todo acostumbra a ser más superficial.

El David de Miguel Ángel nos permite comprobar los numerosos detalles a la hora de admirar una escultura:

📐Las proporciones, que sirven para que el artista focalice la atención de quien lo visualiza dando mayor relevancia a ciertas partes. En su caso, el torso destaca por encima del resto para potenciar esa imagen idealizada de belleza.

🔍Los pequeños detalles, en el caso del David con el realismo de las venas y los músculos, ayudando a concretar cuál era el prototipo de belleza masculina perfecta.

📏La postura, que ayuda a crear movimiento y nos ayuda a entender el contexto y la situación que se representa.

👓La mirada, donde se nos habla de sentimientos, de direccionalidad, de un mensaje que se quiere transmitir. Y, como sucede en obras como la #Gioconda, permiten crear una conexión entre el autor, la obra y el propio observador.

En resumen. Todo está hecho por una razón. El tamaño, los detalles, el cincelado. Todo. Solo hay que saber pararse, analizar y preguntarse el por qué el artista quiso que los ojos de quienes observaban su obra se desviaran a esos puntos.

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