Teoría del Arte

por Ana Melo

«Oigo y olvido, veo y recuerdo, hago y entiendo» Confucio

«Oigo y olvido, veo y recuerdo, hago y entiendo» Confucio

Mi principal reto cuando comisario una exposición es llegar al subconsciente del público, al ámbito de nuestros sentimientos y nuestras emociones.

Para alcanzar ese objetivo las obras, que son las auténticas protagonistas de cualquier exposición, las presento dentro de un ambiente expositivo, una atmósfera didáctica en la que las creaciones artísticas nos cuenten qué son, qué ha movido al artista a crearlas, qué ha querido remover en nuestras consciencias y qué emociones ha querido transmitirnos.

La generación de esa atmósfera es una de las principales labores del comisario. Movido por el interés en crear una experiencia única y completa para el visitante, el comisario tiene que explicar por qué las obras expuestas son las que son, cómo las mismas construyen el significado de la muestra, por qué se ha elegido a esos artistas, por qué su propuesta es especial …. Y ello con la finalidad didáctica de potenciar la experiencia inmersiva del público en la muestra.

Un proverbio chino, atribuido por algunos a Confucio, dice “Oigo y olvido, veo y recuerdo, hago y entiendo”. Hay que conseguir que el visitante “haga” para facilitar ese entendimiento. Hay que poner a disposición del visitante toda la información necesaria para conseguir que abra su mente y, a través de la conceptualización de la muestra, textos, hojas de sala y explicaciones en vistas guiadas, entienda la propuesta del artista y encuentre las respuestas a todas aquellas preguntas.

Un buen trabajo de comisariado convierte al espectador en partícipe de la exposición, en parte de la misma, para que pueda absorberla en toda su profundidad. Con esa participación se le permite “hacer para entender” y, así, no sólo se consigue que genere vínculos con los artistas y sus propuestas sino que el espectador puede llegar a encontrar en si mismo aspectos personales, incluso íntimos, que emergen inconscientemente completando su propia realidad.

En este mundo frenético en el que vivimos las exposiciones de arte son auténticos oasis para la reflexión, introspección y emoción. Y una parte importante de los árboles y manantiales de ese oasis los tiene que plantar y llenar el comisario.

Feliz viernes,

T.A.

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